Hotel Plaza Vieja Almería

Más que un hotel

La Plaza Nueva de Almería, sede del Ayuntamiento y con una de sus cuatro fachadas ocupada por la Catedral, ha sido desde siempre el corazón de una ciudad marcada por su historia y su luz.

En una de las casonas que dan fachada a esta plaza, se planteó el diseño del interiorismo para un hotel de mínimas dimensiones, apenas 10 habitaciones, pero acompañado del restaurante de una de las figuras emergentes de la gastronomía andaluza, Alejandro, y de unos baños árabes en el sótano; un balneario urbano en el que se mezclan tradición y modernidad.

En el diseño de las habitaciones la propuesta busca el contraste entre la tradición aportada por la piedra vista de las fachadas, los porticones que dan a la plaza, o el uso de materiales naturales como la madera el estuco y el mármol; y la contemporaneidad de una distribución abierta que intenta sacar el máximo rendimiento de un espacio reducido.

Las habitaciones cuentan con vistas privilegiadas. Se busca la comodidad, detalles que remiten a referentes locales, como el uso del mármol de Macael, o las imágenes locales gravadas en la pared, y ciertos guiños al pasado, en el uso de mobiliario antiguo.

La planta baja alberga el espacio de restauración, centrado en la plaza y la relación de esta con la ciudad. El interior del restaurante destaca por la gran barra que preside el espacio, acompañada de una gran bodega de vinos abierta.

El sótano alberga el balneario. Un espacio íntimo y lleno de historia, donde las diferentes pozas de mármol de Macael brillan blancas en un ambiente oscuro de obra vista. Un espacio de calma y quietud.

Se puede afirmar que este es un proyecto triple: hotel, restaurante y balneario.