Estadio Andorra Andorra la Vella

Una actuación que son varias

El contexto siempre es factor determinante en el desarrollo de todos los proyectos. Y en algunos casos deja una impronta evidente y también necesaria.

En este caso, una única actuación es la causa de otras. Todas con objetivos diversos, desde generar tejido urbano a solucionar parte del tráfico de la ciudad y, finalmente, disponer de un estadio de primer nivel para eventos internacionales.

El desarrollo del nuevo estadio de Andorra parte de la disposición en capas verticales donde los usos se entrecruzan y se superponen. Así se generan múltiples posibilidades, pudiendo el edificio albergar actividades de tipología diversa. Una capa verde extruida cubre el conjunto, como una manta, y genera los espacios: una plaza cubierta de acceso restringido, un parking, una zona de gradas verdes extra, equipamientos y los dos campos de fútbol. Se reutiliza el edificio existente de vestuarios para su uso y también como elemento estructural de la plaza cubierta destinada a aparcar autocares y vehículos de jugadores y técnicos.

Como telón de fondo, la fachada del río; elemento contextual que actúa como filtro de captación energética, capa de protección climática y que a través de una gran pantalla interactiva ofrecerá información de eventos.

El proyecto cuenta con condicionantes como no cerrar el tráfico del principal acceso viario del país, por lo que requiere una coordinación impecable en el desarrollo de cada fase; o aportar soluciones al aparcamiento, para lo que se genera un espacio de 513 vehículos con posibilidad de doblar el aforo con otro nivel.

Además, logra el objetivo de unir a nivel peatonal los grandes núcleos deportivos de la capital del país (CE Serradell, Poliesportiu de Govern, Estadi Nacional, Estadi d’Andorra la Vella).

Sin duda, el Estadio de Andorra es una actuación que supone otras actuaciones debidas a entorno y contexto: una actuación que son varias.

Primer premi Concurs d’Idees.